Una jornada con BMW

Un año más la firma germana invita a probar su gama de motocicletas a todo aquel que cumpla sus requisitos en el “BMW Test Ride 2008”. La prueba se llevó a cabo en el madrileño y emblemático circuito de El Jarama.

Tras dividirse en grupos de veinte, BMW preparaba a los pilotos con un pequeño curso de conducción en circuito antes de abordar la pista. Tras la prueba, un variado ágape, encuesta y diploma recordatorio esperaban a los afortunados.
Una excelente organización, un altísimo nivel de sus monitores y un clima inmejorable, hacían de este sábado una jornada extraordinaria y emocionante.


Fueron cientos los aficionados que se reunieron para probar las máquinas de sus sueños en circuito. Una gran oportunidad de BMW Motorrad España que no íbamos a dejar escapar.

La máquina elegida para la prueba fue la BMW K1200R y es que su cara con antifaz y la promesa de ser “la naked más potente del mundo” incitan a cualquiera.



Nada más verla ahí, tan grande y con esa presencia, lo primero que me causó fue impacto visual, pero vi que allí nadie se amilanaba ante las máquinas que les había tocado, así que me puse el casco, los guantes y me dispuse a montarla ante la atenta mirada de mi chica que se asomaba entre todos los acompañantes.
Estooooo, ¿cómo dices que va?
Mucho botón y mucha tecnología. Me subí, la enderecé y le quité la pata de cabra. Ahora pende y depende de mí, lo cual no me asustaba poco dado el precio de esta señora en el mercado, unos 15.000 €.

Tardé un rato en encontrar el botón de encendido del motor, no era como las que había probado hasta ahora, era un botón redondo, como de ésos que no tienen importancia. Pero sonaba bien, realmente bien. Aún sabiendo que no es bueno para la moto hacerla acelerar en vacío con el motor frío – pensé que realmente no estaría fría tras las pruebas de los pilotos anteriores – no podía evitar dar pequeños acelerones para oír su ronroneo. Sonaba señorial, al fin y al cabo es una BMW. Sonaba a Lord, a tío serio trajeado pero bien fuerte, con personalidad, como que aquí debajo hay algo con clase pero no afeminado, es algo que va a dar guerra, potencia con estilo, bien encauzada. Jodó.
Mientras esperábamos a que el resto de participantes y la organización tuviera todo bajo control, me puse a mirar el cuadro de mandos y todos los botones que había por ahí. Pos vale, no entiendo ni la mitad, pero la postura es cómoda.

Tardé un rato en encontrar el botón de encendido del motor (…) era un botón redondo, como de ésos que no tienen importancia. Pero sonaba bien, realmente bien.

Salimos, metemos primera y p´alante. Qué bien suena, creo que no me lo esperaba. Llevaba tiempo queriendo probar a esta señorita y era de lo poco en lo que no había pensado. La postura como digo es cómoda y mucho. Es un manillar de aspecto plano y bastante abierto que permite la maniobra fácil, pero no por ello pierde capacidades a mayor velocidad.
¿Y bien? que digo queeee, ¿salimos o qué?



Aunque su imponente aspecto puede amedrentar al más valiente, bastan unos pocos metros para darse cuenta de que es una máquina extraordinariamente manejable, intuitiva y noble.

Enseguida me hice con mi ejecutiva. Las curvas se encadenan perfectamente, permite hacer posturas racing aunque no está en verdad pensada para ello; pero te hace sentir tan cómodo y es de una conducción tan intuitiva que prácticamente desde las primeras curvas ya daban ganas de retorcerle la oreja y rascar rodilla.

Las curvas se encadenan perfectamente, permite hacer posturas racing aunque no está pensada para ello; pero te hace sentir tan cómodo y es de una conducción tan intuitiva que desde las primeras curvas ya daban ganas de retorcerle la oreja y rascar rodilla.

En cuanto a correr en circuito, mi primera experiencia, madre mía, aquéllo es enormemente ancho. Lo primero que pensé es que tiene que ser muy difícil salirse de la pista en ocho metros de anchura que tiene el asfalto, hay que hacer mucho el animal aunque realmente para eso está, y no la calle. En cualquier caso aquéllo no me daba ningún miedo porque si confundo la trazada y me salgo, ¿qué? pues nada, tierra, o sea que como mucho una caída humillante, pero es difícil hacerse daño (“parece”, ya digo). Supongo que realmente a toda velocidad y aprovechando el circuito al máximo será tan fácil salirse del trazado como hacerse daño en caídas, pero no era este el caso, la velocidad máxima que alcancé fue 120 Km/h. Antes de acudir al evento me dijo un amigo “No corras” de broma, claro, pero es que realmente no pude hacer más, supongo que me equivoqué de grupo.

El monitor, delante de mí, se volvía hacia atrás buscando a los retrasados y haciendo aspavientos con los brazos como diciendo “pero bueno, ¿qué hacéis? no es posible que estéis tan lejos yendo nosotros tan lento”. Pues sí, no me consideraba un piloto rápido, de hecho, me consideraba casi novato (humilde que es uno), pero viendo al resto definitivamente tanto kilómetro me ha hecho aprender a conducir. Eso y la gran ayuda de mis profesores, Raúl y Jimy, grandes amantes de los circuitos y rapidísimos pilotos.
En cuanto a la bemeta, otra cosa que me dejó patidifuso fue su protección aerodinámica. Pero bueno, es una moto naked que tiene una pequeña pantalla a modo de triple burbuja ¡y me da la sensación de protegerme tanto del viento como mi CBR 600 F con cúpula racing o de doble burbuja! Es cierto que la velocidad que alcancé con la alemana no es alta, pero está visto que los únicos carenados que realmente protegen del viento son los de modelos antiguos y los de esta marca, y no en todos los modelos. Me gustaría saber si en las F800S y ST realmente protegen o si es como en la Honda.

Un fotógráfo de BMW Motorrad España espera en la curva de meta para regalarnos algo más que un recuerdo de la jornada, unas instanteas, nada menos que cinco por participante de los cientos que allí se presentaron.

Por lo demás, los frenos me llamaron enormemente la atención, una moto tan potente presume de tener una frenada a la altura y bien cierto es. En lo que la noté algo limitada es en su faceta deportiva, en su capacidad de subir bien fuerte de revoluciones y de absorber la velocidad al bajar de marcha. Como sabemos no es éste su cometido, pero ésas son mis conclusiones. Quizá me daba algo de vergüenza apurar tanto de vueltas no sea que fuera a romper algo, y ya que la moto es prestada, está feo. Siempre he sido un invitado educado. Seguramente ha sido por no apurar a tope las vueltas o que la potencia se entrega de manera muy, muy progresiva, ya que realmente esperaba encontrarme un caballo desbocado de 163 c.v. y 1.157 c.c. y me pareció una potencia muy fácilmente controlable. Así que, o se perdió algún caballo por el camino, o no me di ni cuenta de la potencia por estar en un circuito.

Peculiaridades como su basculante trasero monobrazo, el faro de doble óptica o el característico protector aerodinámico de la horquilla son algunos de los detalles que hacen única a la K1200R.

Para terminar, cabe destacar de esta excelente experiencia que BMW ha hecho honor a su fama: muy buena organización, nada menos que el Circuito de El Jarama, ágape muy bien atendido y de buena calidad y un precioso recuerdo que sólo me invita a repetir. Por si todo ésto fuera poco, un par de semanas después recibo un correo electrónico invitándome a visitar su página en la que están colgadas cinco fotografías hechas por un fotógrafo que se encontraba en la última curva del circuito (lo sé porque lo vi). Éso es estilo y saber hacer. Éso es un buen trato y lo que marca la diferencia con la competencia.
Sólo me separan de esta magnífica máquina ejecutiva unos pocos miles de euros (apenas quince), pero estarían bien invertidos. Es realmente una gran moto.

Como anécdota decir que los puños calefactables hacen su cometido perfectamente, aunque a treinta grados a la sombra no son muy necesarios, pero comprobé que funcionan perfectamente (es lo que tiene tocar sin saber).

Texto y fotos:
Rodrigo Álvarez Juez

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